Monroy Gemio Pedro

VAIVÉN DE ELEGÏA ( Expondré cuatro poemas escritos por mi Querida Hija fallecida escogidos al azar, de su libro TEMBLOR DE VERSOS)


Llegaste al fin, insomne muerte,
en tu sorda zancada perdida.
Aprisa surcaste la azabache estela,
cual lúgubre horizontal de clemencias mecida,
que se turba y se recuesta
en un vaivén de elegía.
Crispante melodía despierta,
ante tal llegada imponente.
Que me trenza en yerta espada
para clavarme en ti, muerte.
Ansiando anudarme a tus pestañas
por mi desorbitada furia, tensadas.
hasta conseguir dejar sus entrañas
en el aire intransitable, ancladas.
Y calmar con gasa de brasas
tu desvalida mirada,
tus ya, imprecisos ojos.
Dejando tan solo de ellos
dos profundos y huecos despojos.
Y alcanzar a lamer, lasciva, tu sangre,
mi incontenible lengua de sable.
(y con tal seductor gesto)
sutilmente surcare, profundo tu pecho.
Lograre tornarme caprichosa mina
reventándome en tu boca.
y entre tus cadavéricos cimientos,
hambrienta carcoma loca.
Y cuando casi extinguida, pidas clemencia,
me descubriré, para ti, de la crueldad,
devota presencia
escarbando en tus sangrientas heridas.
Donde sembrare colmenas de serpientes homicidas.
Y recostada en tal tormento,
allí, vieja amiga, cavare tu lecho.
Tanta ira desgarrando mi consuelo,
me levanta en torrentes de viento
y huracanes de hielo.
Pues desde esta brutal travesía,
solo puedo quedarme donde he llegado,
deshabitada y perdida.
Y solo me es posible seguir viviendo,
ante ti
y mis pedazos de odio luchando en su nombre.
Y repito su nombre “ Eduardo”
y descubro dentro, destellos de vida.
Rebusco en su memoria
y tras ella, aun mas vida.
Jirones de pasión en su recuerdo,
claridad inmensa.
Y vida, vida,
mucha vida.
Resbalando en mis ojos
su lindo horizonte perpetuo
y su inextinguible esencia.
Descubro que tan lejos, mi primo…
tan lejos no queda tu ausencia.

 

ESCRITO POR MERCHE MONROY FERNANDEZ