Soné por tanto tiempo, con alma enternecida,
que mi amor infinito con tu luz se alumbrara
intensas brillarían las horas de mi vida
y nada de este mundo sus brillos apagara.
Aquel jardín hermoso, se vuelve tan desierto,
se nublaron mis cielos, y mis lunas se fueron
marchaste de mi lado, dejando todo muerto,
las blancas margaritas, de pena se extinguieron.
Y nuestra triste historia, Darío cantaría
en armónicos versos, la pasión que te di,
su pluma tan grandiosa, mi cuento escribiría
lo mismo que la historia \"Cabeza del Rawí\".
El pincel de Ticiano, tan eximio y divino,
en sus lienzos de seda, de soberbio esplendor,
con el toque maestro de \"La Venus de Urbino\"
hubiera eternizado mi fábula de amor
En las notas sublimes, de su hermosa Traviata,
el excelso Giussepe nos hubiera insertado,
contando tu partida con mágica sonata,
diciendo que dejaste mi sueño destrozado.
Con mi sueño fallido, me llené de tristeza,
mis fibras se rompieron tan dentro de mi ser,
sería la romanza del gran poeta Bueza
que es autor exclusivo del dolor de querer.
Autor: Aníbal Rodríguez.