Leonor Cuevas Martín

El camino de la vida

El camino de la vida,

fragoso o fácil

endurecedor o enternecedor.

En cualquier caso obligado

para todos los humanos,

que buscando ser felices

y olvidando ser tiranos

lo recorren diferente

y en algunos no deja rastro.

 

Invocamos a la suerte

desdeñando los esfuerzos,

deseamos escalar

para conseguir buen puesto

y a medida que avanzamos,

aunque la estatura es firme,

llegamos a ver bajitos

a los de la misma estirpe.

 

Tanto tienes, tanto vales,

lo saqué de una canción,

pero a veces quien más tiene

es el de menos VALOR.

 

VALOR como gran palabra

con contenido mayor

que aunque muchos son posibles

albergados, pocos son.

 

Busquemos entre los grandes,

GRANDES, no de corazón

sino entre los que se creen algo

más que tú, aunque menos son.

 

Más duro se hace el camino

si no te hace crecer

y en tus propósitos no incluyes

tener alguien a quien querer.

 

Un querer sin condiciones

sin diferencia de status,

que el único baremo que use

sea, del corazón su tamaño.

 

 

 

 

Grande y lleno de valores

para todos los iguales

con ilusión y esperanza

de hacer el camino grande.

 

Porque largo se hace en la desdicha

y grande se ansía en la dicha,

 y, ¿quién si puede elegir

no querría ser feliz?

 

Busca en tu interior

y mira a tu alrededor,

piensa en lo deseado

y observa hacia dónde vamos.

 

Si el camino ves torcido,

para cambiar nunca es tarde

y más vale un cambio a tiempo,

que una vida sin aliento,

sin esperanza ni ilusión,

que una vida SIN VALOR.