Julian Cabrera Sogamoso

Fin del pensador

En la oscuridad y más allá de sus confines,

en su soledad y fría tristeza,

se encuentra este pensador,

que más que ser un pensador es más bien un gran procrastinador.

 

Su vida se ha ido,

su imaginación se ha secado y su entender del mundo se ha nublado.

 

Su único alivio en tan cruel mundo que el mismo ha creado,

es en las penumbras de la soledad,

en las frías noches de pensamientos e indagaciones,

de teorías y de metas que jamás han de ser,

en tratar de crear un mundo ficticio en el que todo sea como él lo desea,

en estar con lo que más le tranquilice y lo que le quite aquel tormento,

ya que en su memoria y en su propia vida él ha creado su propio miedo.