J Picado

Dicotomía metal

Ante las circunstancias actuales y los últimos movimientos, de esos que suelen ser casualidades de vida o en algunos otros casos estupideces del ser impulsivo, surge la duda de si todo lo que sucede tiene explicación lógica dentro de las creencias que hasta hoy tenía.

Pues claro está que ante los hechos que se suscitan frente mis ojos reina la sorpresa, incredulidad, rechazo y asombro al no tener idea como algo que parecía caminar normal, con buen ritmo, respetando lo que supone reglas y  sin atentar contra nada ni nadie, de repente suele salirse de control, acelerarse a mil kilómetros por hora y llevarse en frente a todo lo que se cruce en el camino... Incluido el chofer.

Pues bien, dicta la parte “madura” del ser humano que la reacción deber ser de empatía y sobrecogimiento, en absoluto y total apoyo a quienes desde mi punto de vista estúpidamente se apresuran a tomar decisiones que mi parte más apática me indica terminaran mal tarde o temprano. Pero resulta, que yo en mis veinti tantas vueltas nunca he podido acoger tal grado de hipocresía e indiferencia para algo a lo que realmente lo que le tengo es temor. Y ese temor se ve incrementado aún más cuando alguien asume tales posiciones sin siquiera pensarlo, sin hacer tan siquiera una consulta, dejando de lado a todos los que en algún momento contribuyeron a que estuviera donde está, para únicamente dar la noticia y esperar resultados con una ciega fe de que todo se hizo correcto.

No soy poseedor de la verdad... sé que existe la posibilidad que ante todo pronóstico esas decisiones que cuestiono sean exitosas, y hay miles de ejemplos de ello, bueno creo que cientos de ejemplos, o decenas de ejemplos, o incluso menos, pero al final dichas decisiones y su resultado afectaran directamente a quien las tomó, y esa persona deberá asumir dichas consecuencias.

El punto es, que indirectamente dichas decisiones me afectaron. Dichas decisiones de las que nunca se me comento ni una palabra, mucho menos se me pidió una opinión, resultan ser decisiones que vienen a hacer un meollo mental y a interferir en mis propias futuras decisiones. Vienen a crear conflictos que yo no tenía, que no me interesaba tener, y que parecían no existirían dentro de mi propio mundo exento de decisiones poco fundamentadas.

Ante tal aberración “karmática” en la que poco o nada tuve que ver, me veo obligado a externar mis molestias de la manera más egoísta posible, pues muy en el fondo me importa un comino lo que llegue a suceder con aquellos que tomaron ya las decisiones que a nadie comentaron, por ende me eximo de cuestiones futuras a las que deseen arrastrarme y de manera bíblica lavo mis manos al mejor estilo de Poncio Pilato, más me molesta ser uno de los involucrados a los que atropelló su tren sin control de emociones superficiales, sin tener siquiera derecho a decir, un momento en ese tren yo no me subo.

Para resumir tanto palabrerío del que pocos o nadie entenderá algo… Dentro de lo que sé, nunca entendí nada….