teresa ternavasio

NO PUEDO

NO PUEDO

El reclamo del cielo que ha enfurecido,

No sé todavía por cuales razones,

Me sustrae de las horas apacibles,

Que llegaron cuando el último resplandor

Cerró mis párpados

 

Un teléfono que suena en la alborada

Y tú diciendo mi nombre, con voz cansada

 

Vienen a mi mente, los días dorados,

En que me perdía en lo profundo de tu mirada,

Cuando eras como el vino que embriaga los sentidos

Y mi ansiedad incontenible, te reclamaba

 

Un día partiste, siguiendo el rumbo de las golondrinas

Y la ilusión se quedó quieta, herida por un dardo inesperado.

Los días se convirtieron en vigilia

Y el  insomnio, el eterno de las noches frías

 

Tu voz pastosa, habla de retorno, de recuerdos,

De momentos, que se llevó el cansancio.

De una espera que por interminable, se quedó dormida

¿Qué me necesitas?...no tengo nada para ofrecerte

 

Es otoño, las rosas se marchitaron,

El pájaro del amor, abandonó el nido.

El tiempo, insobornable y feroz,

Convirtió la suave brisa, en viento huracanado

 

Bebe de la fuente, el agua  congelada,

Toca con tus dedos la tierra mojada,

Siente el sabor de la raíz amarga

¡Límpiate! Y devuélvele el alma, a tu cuerpo,

Pero no regreses, porque te he olvidado