Tu llegaste a mi vida de manera tan cálida
y dejaste tu estela de cometa fugaz,
detenerte quería, con mi amor tan voraz,
mas como mariposa, dejaste la crisálida.
Tu estancia fue tan corta, que fuiste la amapola
que marchita tan rápido, que me hizo pensar
que somos carabela que azota el ancho mar,
y sucumbe en sus aguas, de manera tan sola.
Quería que tu fueras mi hermoso crisantemo,
que brilla fulgurante, que dura mucho más,
disfrutar tus caricias, y que nunca jamás
me negaras la dicha del deleite supremo.
Recuerdo bien la noche, la noche que te fuiste,
la lluvia comenzaba, su gota transparente
mojaba tu cabello, caía por tu frente,
de lejos me mirastes, y no te despediste!
Te fuiste tan de prisa, que no llegué a besarte,
dejastes olvidado mi amor en un rincón,
sabías que dejabas mi amante corazón,
tan lleno de tristeza, por no querer quedarte.
Y será tu partida, mi final sin regreso,
y todos mis ensueños moriran sin tu amor,
buscaré la manera de borrar mi dolor,
olvidando tu rostro, que robó mi embeleso!
Autor: Aníbal Rodríguez.