Remulo Osuna

UNA DIOSA EN LA LAGUNA

Miraba  a lo lejos

como el aire mecía el agua

y se formaban olas,

un paisaje relajante

no podía pensar en otra cosa.

De pronto, aparece una figura femenina

maravillosamente hermosa

piel blanca como la seda

sensual, con figura de sirena

de caminar cadencioso

destellando ternura por sus ojos,

custodiádos bajo coquetas petastañas

y una espléndoroza cabellera negra

que repartía su perfume a la montaña.

 

Contemplé por largo tiempo

como sus manos abrían espacio

y pudiéran bañarse sus lindos hijos

la ternura manifiesta imponía respeto

y al tacto de u manos

aquel oleaje bravío, se quedaba quieto

 

Ese paisaje de la imponente laguna

que en un principio miraba

se quedó pequeño

ante la hermosura que Diana reflejaba.

Caía la tarde y los pájaros silvestres

afinados, le cantaban en coro

veían lo mismo que yo, un Diosa en la laguna

de Santa María del Oro.