Edu OZ

La buena espera.

Esperando en esa espera inteligente,

que nace de la espuma,

esperanza que nace de los manglares y de lo urbano,

entre gritos ahogados en la incertidumbre,

labra el asfalto y labra también en la celeste naturaleza,

que  la esperanza se alimenta

de los actos

y pensamientos que nacen,

en los pies de piel sensible,

y  nunca transcienden el intelecto,

si no que lo amamanta

con una leche pura,

que lo hace más noble

inquieto y apasionado.