Necko

Nocturno de la Boca


Te alimentará el celo de mi boca

con labios rojos y errados

aleteando en espuma y roca


de mármol blanco y cardos

que muerden sin herir nunca

y besan sin saber enamorados.


Arranca de su vida el viento

hojas secas de árboles secos,

para tejer un colchón de aliento


donde se hunda tu voz en ecos

y se acueste el amor sediento

hasta llegar hondo en los recovecos


del sur de tu corazón calido;

no es llano sino elevado

en amor, en desdén desolado,

estirado al cielo, en la tierra caído.

II

De la boca te brota miel,

agridulce en la lengua a rayas

e hilos estirados de fervor cruel.


Eres el cielo gris de nostalgias

cuando la noche es un burdel

de silencios y solas playas


desiertos de arena sin oleada

de savia en fuego tan lento

que consume la lengua salada.


El frío de la saliva siento

cuando la brisa es cóncava y alada

y de la distancia es el momento.


Amiga, amada, enamorada

con cien almohadas de plumas

te vuelan los sueños en brumas

altas y sonoras como balada.