Andrea Leon Hdez

Del humo y otros malos hábitos.

Del humo he descubierto

mis peores hábitos;

meto una bocanada de aire,

pasa por mis pulmones,

exhalo con fuerza y justo a mitad de camino

paro y lo vuelvo dentro;

fácil pude detectar

que dejar ir se ha hecho mi habilidad,

jamás aprendida o emprendida.

 

Terminé el cigarrillo,

mis dedos delgados lo apagan con delicadeza,

enseguida me he prendido otro,

uno nuevo,

será que soy seguidora de lo que,

para la salud concierne,

es tóxico.

Sí del alma hablaramos

sería justo mi nemesis.

 

He dejado de disfrutar aquel cigarrillo

justo a la mitad del trayecto,

me percato que de apagarlo

nadie podrá disfrutarle como yo,

ni sentirlo tan fresco,

ni probar su sabor exquisito.

Ese hábito egoísta,

no lo deseo más

y de no ser mío,

de quién será.

 

Vuelvo a presionarlo

contra  el cenicero;

mis dedos,

mi cabello,

todo tiene una parte de él,

su aroma,

su esencia,

no es de las mejores sensaciones,

me disgusta e incomoda;

Es lo que tengo

¿No es así?

Hábitos tan crueles que me mantienen

en resignación constante.