Quiero retratar en un poema,
desde la mística del ayer,
el encanto de nuestro amor,
mi divina mujer,
navegar en un barca pescadora,
por los mares del amor,
con rumbo directo,
a lo profundo de tu corazón,
marearme de placer,
añorando la tersura de tu piel,
donde más de una vez,
posaron con ternura mis manos,
recuperar con gratitud,
segundo a segundo lo vivido,
como si fuera un álbum
de incomparables momentos,
cuando tu y yo,
éramos felices de verdad,
y donde los regaños,
sabían a mansa cordura,
donde una mirada de soslayo,
era una encantadora señal,
que en línea recta,
nos conducía al lecho,
y que un solo grito,
podía opacar nuestro amor,
nada de eso hacíamos,
estábamos bien enterados,
déjame soñar contigo,
déjame creer que eres mía,
devuélveme el amor,
ayúdame a renacer.
Víctor Bustos Solavagione