Raquense

ACECHÁNDOTE...

Acechándote, con ademán de cazador,
asaltándote, en arrebato pecador.
Te observo en la terraza, intentando
atrapar el resplandor de alguna estrella
solitaria. Y tu cuerpo tiembla cuando
de pronto sientes mi presencia.
Te obligaré a naufragar, antes o después,
en las tinieblas de mi azar.
Y la luna te salpíca de luz fantasmal,
como en un sueño irreal.
Y tus ojos y tu cuerpo, prenden fuego
a mi fría piel y me siento hambriento
de tu ser, el deseo de los dos es tan
urgente, que carecemos de poder.

Acechándote, asaltándote.

Y la luna te salpíca de luz fantasmal,
como en un sueño irreal.
Y tus ojos y tu cuerpo, prenden fuego
a mi fría piel y entro en erupción.