malco

Viejo bronce

Viejo bronce.

Cuando el viejo bronce del ocaso
al morir la tarde se esconde
y el azabache de la noche se abre paso,
sopla el viento en el sauce, entre su fronde
y un lastimero lloro se deshace,
cuando en la vacía ausencia digo tu nombre
mas en vano mis clamores lo renace
en el silencio, tu lejana voz no responde.

Distante se presiente tu partida
mas allá del todo en el medio de la nada
en las ramas del recuerdo vas pendida
cual férrea esperanza que se anida
en la inquieta espera ilusionada,
ignorando mis clamores y pesares
te marchaste aquella noche por su orilla
inconmovible arrastraste mis penares
y dejaste hendidos los puñales
volviendo mis quereres mil astillas.

Ando desarmado hasta los huesos
desnudo de arrebatos y almenaras
envuelto en papiros ancestrales
vagando en soledades y la nada
cuelga de mi cuello tu mirada.
Camino con mis pies hechos volcanes
por riscos escarpados y rocosos
sus lavas son mis hondas ilusiones
prendidas a vanas pretensiones
mis sueños son follaje...
de un ramaje boscoso.

Rasgo los velos invisibles
que ocultan tus rastros en la noche
una luz semeja dos candiles
un silencio se encierra en el reproche.
Traigo la luz de los abriles
vuelven mis ansias al pasado
en el ahora, solo vacio percibo
mi andar tiene pasos pesados,
oculta entre las grietas te percibo
pero hallarte palpable no consigo,
existes en espacios de mi mente
pareciera que aún estas conmigo
no puedo sentir que estas ausente
y menos pensar en darte olvido.

Recuerdo que en la playa solitaria
caminábamos lentos al ocaso
al caer plena la noche lunaria
entre besos y entre abrazos.
Nos seguía el horizonte lejano
derramabas sobre mi tu ternura
mientras yo tomaba con locura
las alondras de tus manos.

 

MALCO


MANUEL LÓPEZ COSTA
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