Paulina

Mi regalo del destino

Mi Regalo del Destino

Hoy hace un año que como una casualidad, él apareció en mi camino.

Con el pasar de los días descubrí que no se trataba de casualidad sino más bien destino.

Ese juego de la vida que te permite que tarde o temprano te cruces con ese ser destinado a ser para ti y tú para él.

La persona que nos merecemos. La que en algún momento soñamos y pedimos conocer.

La persona que creímos un sueño y no esperábamos encontrar.

Pero que un día, por cosas del destino, se cruza en tu camino, y aunque eres escéptico a creer que esa persona existe realmente, la ves justo ahí, delante de ti, con una sonrisa iluminadora y una mirada que te transporta a lo bello de su ser. 

Ahí está, justo delante de ti, sin podertelo imaginar ocurre. Quedas inmutado por la sorpresa, sin saber exactamente qué hacer, inmovilizado ante su presencia. Con cada sonrisa se roba un poco de ti, con su mirada te dice más que con las palabras, con sus ojos me transporto a lo bello que me ofrece su alma. Sin poder detenerme a pensarlo, sin poder descubrir exactamente cuándo, ya ese regalo del destino se metió en tu corazón.  Apareció, como un regalo de la vida, se volvió parte de ti, parte de tu alma.

Él es de esas pocas personas que te puedes cruzar en la vida, que te tocan el alma y lo cambian para siempre, para mejor. Ya que llega y llena el vacío existente dentro del alma, el cual esperaba presuroso su llegada.

Es un pedazo de mí, yo un trozo de él. 

Son muchos los recuerdos que guardo de éstos días desde que tuve la fortuna de poderlo conocer:

Nuestra primera conversación; el sentirme locamente atraída a su ser, a él, una especie de atracción de almas que no se pueden separar; recuerdo cómo fui conociendo su ternura y romanticismo; recuerdo una infinidad de canciones dedicadas; las películas compartidas durante las noches en que nos hacíamos compañía a pesar de la distancia. Recuerdo como a poco me fui enamorando de él.

Pasamos de amigos a ser dos personas unidas por una camaradería durante las noches largas de conversación, y poco a poco sin darle un nombre se trataba de algo mucho más grande. Ya éramos uno para el otro. Pasamos de un te quiero a un te amo, y hoy no existe palabra en el mundo para decirle exactamente cuánto siento por ese ser especial que cambió mi vida y me ha regalado un año de recuerdos inolvidables.

A ti mi Amor, hoy te digo gracias, porque sin proponérmelo me enamoré, me enamoré de todo lo que significas, de todo lo que eres, de todo lo que como persona me regalas a diario; me enamoré como jamás lo imaginé, estando tan escéptica a que esto existiera, te presentaste un día, y \"sin permiso me robaste el corazón\".

Un día menos para estar juntos mi amor...

Atentamente, tu regalo del destino