Raiza N. Jiménez E.

Amor: no preguntes.-

 

Si me preguntas por qué te he amado

Respuestas yo no he encontrado…

Pero he de contestar,  sin dilación, que es mí destino

amarte sin ninguna explicación y en el camino

 

¿Qué si te quiero?

A un amor de paz y de sosiego, como este,

no se le cuestiona el tiempo, cuando es agreste

Pero tampoco, las pérfidas  y dóciles anuencias

 y, mucho menos, poner condición a las ausencias.

 

¿Qué  cómo es mi amor?

¡Ay, mi Dios! Si yo lo supiera, andaría muy contenta

Se me acabarían las dudas en lo que mi alma enfrenta

Quizás encontraría en la ilusión la panacea del amor

O tal vez, nada de lo que haces me causaría dolor.

 

Las preguntas sobre el amor, son las respuestas de Dios.

Cuando todo se cuestiona es momento del adiós.

Nadie puede decir con certeza, de qué color es su amor.

Sin embargo, los colores brotan cuando se acaba el fervor.

 

¿Por qué hay dolor en el amor?

Sólo me atrevería a decirte que en el amor no hay pena

Que las penas son las resultas de anticipar la condena

El amor es alegría, jolgorio, esperanza y fantasía.

Si todo eso se escapa, seguro, te queda el alma vacía.

 

Por el amor no se pregunta y casi siempre lo hacemos

Al amor hay que sentirlo, el amor es para que amemos

Las preguntas  indiscretas  acusan respuesta falseada

Te niegan lo que  ellos sienten, para no verte angustiada

 

¡El amor es para sentirlo como lo señala el poeta:

con el alma y con la vida, para no dejar ninguna grieta!

 

Raiza N. Jiménez/ 08/04/2016