Moneda de tu luz
Pues hay que adelantar, corro y te digo,
que te amo y te amaré también mañana,
que por no ver la puerta soy ventana
por donde al sol llegar y sin postigo.
Y esto que aún no soy te lo prodigo,
un ángel, un galán, un tarambana,
que busca en las palabras la temprana
moneda de tu luz como un mendigo.
Y esto que ya seré bien lo persigo,
Jadeante, sin hablar, cual piedra llana
que tras tu amor rodó cual tras tu abrigo.
Así adelante voy y, aunque te sigo,
que listo tengo ya nuestra manzana,
madura y por caer, tal cual predigo.
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07 04 16