Revolicant

Oligofrenia militante

Rebuscar témpanos entre azúcar o lluvias angostas traídas

de un abrigo gris y lágrima.

Piedras de antaño que regurgitan
fieros cónsules urgentes

con ramas de bronce y manos de un minuto.


Calmar entonces la galaxia con fuego
y un retrúecano impertinente que cabalga
sucinto hacia donde no viene.



Tránsfuga, el victorioso hallazgo
se reinvierte en docenas de puñales

y un azar envidioso que fustiga.


Cúantos cómos aún quedan,
y por qués tan insensatos
que se revuelven en sí mismos.

Azufres que hoy salieron de puerto

racanean tres o mil palabras:
Ser, escorbuto, añil.

Elevadas quedan, pues,
las ancas que viajaron al poniente

desde aquella rotura en la tormenta.