Escribano

Nuestra escena

Y narrar una escena asi
tan sublime y tan quieta,
tan íntima y tan nuestra,
no hace justicia a la belleza
que toda ella emana.

 

Tú, con leves risas entrecortadas
de sonido escarlata
y fruto de gozo auténtico,
lees un libro serena
espontanea y sirena,
mientras anudas enamorada
nuestras piernas de hojalata.

 

Yo, en paz, muy liviano
ausente y enamorado
en el balcon de tus caricias
observo tu estilo endiablado,
erótico y desenfrenado,
que libera nuestra energia,
esa que tu y yo creamos

 

la creamos con amor,
la convertimos en deseo,
la llevamos al mismo cielo,
nos buscamos,
nos miramos,
nos penetramos,
el alma.