angelillo201

El Idilio del Ocaso.

 

I.

La aurora levanta la luna,

Cargada de voces moradas

Y ojos dilatados.

La mañana tiene pasillos sanitarios,

Para que pasen los elefantes

Con su trompa anunciadora

Como el gallo de la aurora,

Para despertar  con sus colmillos de marfil,

 Los campamentos donde duermen,

Los  botones de los alfileres,

Que  cosen  los  trajes de las alambradas,

Los  cuerpos como ríos,

Son empujados por la corriente

Cabalgan en la mañana.

Por el suelo epilépticos

Entre  charcos de sus propios  orines

Hasta ser expulsados al mar.

II.

La aurora ha levantado

Sus cruces  cargadas de castigo

Donde se pasa revista

En los corrales humanos,

En el idilio de la muerte.

III.

La arbitrariedad

Tiene necesidad,

De ser moral.

La arbitrariedad,

Tiene rostro,

Tiene nombres,

Tiene voz,

Tiene bandera.

Tiene  conciencias que la protejan.

La arbitrariedad

Está reunida en un gabinete de crisis

En torno a una tabla redonda

En torno a un cáliz  de sangre.

La arbitrariedad

Tiene terror

Tiene horror.

De que dejemos de ser morales.

Porque la moral

 Es lo que nos debilita.

Nuestra ternura,

Nuestra compasión,

  No salva de la muerte.

Y también nosotros,

Necesitamos ser fuertes

Para entrar en el mar.

Allí,

Un niño flota muerto entre las olas.

En  nuestros brazos.

Y todos los dioses caen

Como en una plegaria loca y sin sentido

Que repetimos:

Tuya es la vida,

Tuya es la vida,

Tuya es la vida.

Mientras las barcas

Pasan por nuestro lado

Desembarcando.

Angelillo de Uixó.