Heisenberg100

Una dama llamada muerte.

Oh, bellos son los momentos
en los que tú apareces,
me rozas mis dedos
y dices sin densos discursos
que me quieres.

Son hermosos los recuerdos
en los que tú y yo demostramos
no estar cuerdos,
nos fundimos en un solo ser
para perder el honor y el deber.

Ahora esos hermosos océanos de tiempo
están como tu cuerpo: fríos, muertos y apagados.
¡Cuánto sufren los hombres enamorados
que no ven sus deseos saciados!
Amada mía, no debes preocuparte,
pues yo iré a rescatarte aunque para ello
deba acompañarte al mundo de los muertos.