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¡Oh!, te ame con locura
Y no me canso de recordar
Ese gran día en que te revestí
Con un manto de triunfo
Y te llene de toda
Riqueza en tu corazón.
Te vi desnuda y te vestí
Con el valor,
Te vi hambrienta,
Te di mi ser y mi alma
Como alimento de salvación.
Tú estabas delgada
Como árbol seco
Tu corteza desquebrajada,
Pero yo te di la fortalecí;
Sedienta de amor
Y en el pozo te di
El agua de la vida.
Sin embargo, te amo
Con locura y no me pesa
Darte todo lo que había construido
Y te hice una casa en la roca
Firme que soy yo.
Afeada y harapienta
Te veía mendigar por las calles,
Pero te di mi mano
Para que te levantaras
Y fueras conmigo
A cantar eternamente
Las alabanzas al amor,
Mas aún tu te ibas tambaleando
Y yo afirme tu pie vacilante,
Aunque te digo que te di
Como ropa el dulce carmín.
Mira que bella eres ahora
Porque mi belleza está en ti,
Me bañé en el rio de la gracia
Para lavar tus impurezas.
Me volví ciego para darte claridad en las cosas,
Pero cure las heridas de la lepra
Y las bese apasionadamente,
Diciéndote: “Te amo”.
Al fin te digo con tanta ilusión,
Pues el cielo es tuyo,
La tierra para ti la cree
Y al hacerme igual a ti
Te levante del polvo
En el que estabas.
Te amo y desde este árbol
Te doy el fruto mas preciado
Que es la vida, el amor
Y de mi seno brota el manantial de paz
Y en mi corazón yace el tesoro de la salvación.
Te amo, Amada mía
Y nunca olvides que dormí
Para darte vida
Y me levanté de este sueño
Para que tú gozaras conmigo
En está vida nueva y eterna.
Te amo…