benchy43

INÉDITO.

Llegas con la luna

que apenas es un brillo

que besa las cortinas

y te quedas a dormir

en las tristezas del vino.

 

Llegas desnudo

por la orilla del insomnio

obcecado y oscuro,

trayendo un mudo aliento

de caminos

y el frío visceral de la montaña.

 

Quieres, entonces, que te arrope,

que te vista de tal modo

que puedas presentarte ante la gente.

Pero mira: yo sólo tengo un traje viejo,

con rayas desteñidas

que alguna vez fueron,

eso sí,

metáforas brillantes,

una camisa hecha con pétalos de lirio,

y una corbata de apagadas rosas.

 

Buscaré un par de zapatos

que conocen las sendas

de sueños fascinantes

y esa mochila mía

llena de fantasías,

bosques, mares,

y poblados,

esquinas de tango,

roquedales con nieve,

campiñas florecidas

y ríos transparentes.

 

Ahora sí, puedes irte

a mezclarte con los ruidos

de la ciudad grande,

a andar entre el gentío

con sus urgencias vanas.

Mas… no te lo aconsejo,

mejor búscate una playa

solitaria y tibia,

o una fronda con destellos

que teje la laboriosa araña.

 

Ah… no te vayas aún,

prepara los bolsillos

(fíjate que no estén rotos)

Y aquí tienes:

Nobleza para tu corazón,

Humildad para tu alma,

Bondad para tus actos,

y además:

aromas de jardines,   

un ramito de nostalgias,

un puñado de alegrías,

una carta de amor,

una mirada ausente,

un violín que se escucha

cuando llega la noche,

un rayito de plata,

un manojo de estrellas,

una lágrima de ella.

 

Y para la solapa

un clavelito rojo.

 

Pues bien, vete ya,

y  búscate algún nombre:

Ya no eres el de antes,

aquel poema inédito,

desnudo y friolento

que se atrevió

-insolente-  

a hurgar entre mis cosas.

 

(Y humildemente se quedó con ese nombre: “INÉDITO”)

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.

 

Imagen de la web: Volcán Lanín, Provincia del Neuquén, Patagonia Argentina.