Pavel Gurrola

Señora soledad

Eres la libertad que solo duerme conmigo

aunque te olvido al amanecer a diario.

Sin ti no puedo amar, recordar, refugiarme,

sé que no te irás jamás, sin ti no duele,

mi sangre no escapa y me contamina,

no eres la luz en mi camino

pero me enseñaste a caminar sin ojos,

empaño tus caderas con mi aliento,

sin ti no escribo, me quedo seco.

Captúrame, consúmeme,

las cosas más bellas se crean en ti,

tu no das todo por amor, tú te entregas,

no me das tu compañía

tú me extrañas y me buscas,

en ti no hay errores, eres discreta pero nunca sutil,

eres celosa y jamás abandonas,

mi rostro hipócrita te niega, te oculta del sol,

nadie te llama por tu nombre

nadie ha logrado describirte

en ti descansan los acordes que no se han tocado,

las palabras mojadas, las rosas marchitas,

el gemir de las vírgenes, las piedras que nadie pateo,

las respuestas sin pregunta,

los poemas petrificados, las pinturas sin forma,

las alas de las arañas y Los sueños ahogados.

Algunos creen

que eres la mente de los artistas,

pero eres solo mía, mi libertad.