Raquel Lainez 1980

Trazos de un camino

Con mi maleta llena

de esperanzas

tracé un nuevo camino

hacia tierras extranjeras.

Llena de amor

llena de ilusión,

llena de tantas promesas

que se dieron entre

los sorbos de cafés;

de los recuerdos

que quedaron pendientes

en el ayer.

Entre risas infantiles

sueños y fantasía;

te idealicé,

a mi lado

y para siempre.

El encuentro se dio

nuestros cuerpos y almas

se unieron esa noche.

 

Con el alba

cual hoja cae con el

otoño y confundida

por las ráfagas de viento

tu mirada se hizo indiferente

y tú silencio

me dijo adiós;

tu boca se olvidó

pronunciar

Un te quiero

Un te amo

y tus manos nunca

me volvieron a tocar.

 

Y lloré.

 

La noche se hizo eterna

y la Luna se secó.

A lo lejos,

el cantar de los pájaros

anunciaban un

nuevo amanecer.

Recogí mi maleta,

llena de sueños rotos y,

amargos recuerdos.

Comencé de nuevo mi camino

mis lágrimas se confundieron

a través de cristal con la

llegada de la lluvia

que se iniciaba afuera.

 

Un nuevo horizonte

se abrió,

su paraje me es conocido

cerré los ojos

y con un suspiro dije:

¡Estoy de nuevo en casa!