El Corbán

ELÍ, ELÍ LACMA SABACTANI

“Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”

Fueron las palabras de aquel crucificado,

Pero ¿es que Dios en verdad lo abandonaría?

¿Desprovisto del amor celestial estaría mientras moría?

Nuestra mente no concibe que, a su suerte, haya sido dejado.

 

Más, si dices que Jesús no fue abandonado

De mentiroso, a Cristo has señalado,

“Dios no abandona a nadie”, dirás

Pero ciego y equivocado estarás

Pues nuestro Señor sí fue dejado de lado.

 

¡grande y sublime amor el Padre ha mostrado!

Jesús, como nosotros merecíamos, fue tratado,

Para que nunca de esa manera se nos trate

Por ello nunca ha de abandonarte

Porque a él lo ha abandonado, aunque era su hijo amado.

 

Mientras la muerte lo estaba reclamando

Sintió cómo del amor del Padre se iba alejando,  

Su corazón doliente terminó gritando:

“Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”

Pues el Padre lo trató más que como ha pecador, como a pecado.

 

Jesús fue tratado como nosotros merecimos ser tratados

Para que nosotros nunca seamos abandonados,

No solo Cristo sufrió mientras estaba crucificado

El corazón del Padre también fue desgarrado

Por amor a nosotros, sus hijos amados.

 

¿No te conmoverás ante tanto dolor?

Contempla este sublime acto de amor,

Su sangre derramada, su amor te diga

Que su Santo Espíritu te bendiga

Y que valores el sacrificio de nuestro Señor y Salvador.

 

Sobre el mundo, hoy que es viernes santo

Su amor se extiendo como un bello canto,

Para decirnos, hoy como hace dos mil años

Que no importa de la Cruz las heridas y daños

Su amor inmutable, hoy como ayer, quiere envolvernos cual manto.