Fredo
Pues yo, al menos, no sabría decir
qué bien para uno recién llegado a
la juventud hay mayor que un buen
amante y para un buen amante que un buen amado. Lo que, en efecto,
debe guiar durante toda su vida a los hombres que tengan la intención de
vivir noblemente, esto, ni el parentesco, ni los honores, ni la riqueza, ni
ninguna otra cosa son capaces de infundirlo tan bien como el amor.
La vergüenza ante las feas acciones y el deseo de honor por lo que es noble, pues sin estas cualidades ni una ciudad ni una persona particular pueden llevar a cabo grandes y hermosas realizaciones.