José Luis

EEGÍA DE ALMAZARA

 

Con las sombras de la noche,

negros caballos cabalgan;

la noche se volvió negra,

la luna se puso blanca.

 

En cortijo de la sierra,

entre olivos y almazaras,

hay una estrella que brilla,

con lucero que la guarda.

 

La niña se fue a bañar,

en el agua de la poza;

la luna se descolgó,

por una cornisa rota.

 

La doncella está desnuda,

¡ay, amor, por qué te bañas!

trotando vienen caballos,

con la muerte entre sus patas.

 

La noche se hizo cielo,

con la niña que se baña

sin la ropa, que ha colgado

en una estrella dorada.

 

La noche viene cayendo,

¡ay, que rápido que baja!

para ver a dulce niña,

desnudita sobre el agua.

 

¡Yo no sé a quién espera!

¡yo no sé lo que le pasa!

la luna tiene su embrujo,

cuando al cortijo baja.

 

¡Ay, como llora el viento!

¡cómo ruje la almazara!

¡cómo lloran los olivos!

¡cómo se quejan sus ramas!

 

¡Solo se quedó el cortijo!

¡solo con su almazara!

¡sola se quedó la noche,

con la niña bajo el agua!

 

¡Mira que oscuro se pone

el cielo, sin luna blanca!

¡sin la niña que ha quedado,

dormidita bajo el agua!

 

¡Solo se quedó el cortijo,

llorando, con su almazara!