LV.

No hubieras sido

Ojalá hubieras sido eso:

solo eso,

una cara bonita o linda o encantadora o ineludible

pero no más.

 

Ojalá hubieras sido

sólo tus ojos, sólo tu boca;

no más que tus manos,

no más que tu cabello.

 

Ojalá no hubieras sido nunca

esa curiosidad amable, 

esa picardía sabionda,

 

Ojalá no hubieras sido nunca tu paciencia

ni tu ausencia de prejuicios

ni tus oportunidades incoloras.

 

Ojalá no hubieras sido tampoco tu respeto de caballero,

tu intención invaluable

ni tu forma de llevar silencios,

ni tu ingenio de amor

ni tu dulce y suave espera.

 

Ojalá no hubieras sido nunca tus ganas de conocerme,

tu forma de quererme;

tu esperanza aflorando en la primavera multiplicada.

 

Ojalá hubieras sido poco,

ojalá hubiera podido verte con desdén y pensar;

no colmó expectativas otra vez e irme.

 

Ojalá no hubieras sido eso,

esa mano suave 

que ahora carroñada me clava hondamente sus huesos.

pero no.

 

Y por eso ahora estoy acá

porque fue,

como ojalá no hubiera sido.