Diaz Valero Alejandro José

Duerme abuelita

 

Despierta abuela

no te quedes dormida

ya el sol se asomó

allá por la colina

 y no siento el olor a café

perfumando en la cocina,

solo el cacareo en el patio

de las inquietas gallinas

merodeando muy ansiosas

pidiendo ya su comida,

así que por Dios abuelita

no se me quede dormida.

.

Ayer te acostaste cansada

molesta con la vecina

porque sus hijos corriendo

te tumbaron la cortina

y te rompieron unos adornos

de cerámica muy fina

mientras ella chismeando

de lo más tranquila

no te pagó un carajo

Porque y que está en la ruina.

.

¡Qué vaina abuela!

también discutiste con mis tías

Carmela y Josefina

porque la noche anterior

se fueron con una prima

Salieron las tres juntas

entre sombras escondidas

a una fiesta de esas

donde  siempre las convidan,

donde se bebe y se fuma

como si fueran cantinas

y regresaron borrachas

hablando mil groserías

y te dio un dolor de cabeza

consumida por la ira.

.

Ay abuela que “monguita”

si apenas se cumple un mes

esta semana que termina

que llegó a casa mareada

tu nieta Carla Camila,

de todas las nietas tuyas

la más bella y consentida

con catorce años apenas

tan estudiosa y tan linda

y los vómitos y mareos

no la dejaban tranquila;

bien abultados sus pechos

al igual que su barriga

y tanto que le preguntabas

porque tú lo presentías

y ella siembre te enredaba

con patucos y mentiras

y hasta  la muy tramoyera

dándoselas de señorita

ante tus argumentos

se te negó de rodillas.

.

Qué de bromas abuelita

si solo hace tres meses

en que aquella cruel pandilla

de los vándalos del barrio

mataron a punta de cuchilla

a tu hijo más querido

que era mi  tío Elías.

Él venía a visitarte

y en una bolsa te traía

plátanos y melones

guayabas y mandarinas

porque siempre se acordaba

que una madre tenía

y  aunque sea cuatro lochas

de su sueldo  en la pulpería

te daba algunos centavos

que te caían de maravilla.

Triste te vi llorando

sentadita en una silla

y allí los dos abrazados

despedimos al tío Elías.

.

Despierta abuelita

no te me quedes dormida

que el sol ya se asoma

allá en la colina

y en el frente de la casa

hay algunas vecinas

que hablan en susurros

como escondidas

porque un carro fúnebre

se detuvo en la esquina.

.

Despierta abuela

oye las gallinas

que tú al oírlas

te levantas enseguida

y dándome un beso

y un Dios te bendiga,

pero hoy de repente

te quedaste dormida

y me da mucha pena

que la gente diga

que eres perezosa

y que no me cuidas.

Despierta, depierta

abuela querida.

.

No, Mejor duerme,

 quédate dormida

que Dios en el cielo

tu sueño vigila

y te arrullará con canciones

porque eres su hija,

duerme abuelita

duerme tranquila.

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Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela