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El vellocino de Cristo.

 

El vellocino de Cristo.

 

( Opera rock Sado.)

Ángel bueno y mártir en la cocina de su casa ha perdido la Fe a la hora de la comida en semana santa. Va vestido con andrajos y está echando leña a la cocina, pieles sobrantes que le ha dado un rico de pollo y cordero van al caldero. Sopla de rodillas para elevar las llamas para hacer la rica sopa , y nota que le llama el espíritu santo en forma de humo blanco.

Voz crepuscular de Ángel bueno mártir.

“Hundidos lejos de los cementerios,
somos los hombres perdidos.
como hojas echadas,
son nuestras pieles,
diseminadas en las plazas,
puestas a secar
como las de un naufrago del mar.
Llevadme, llevadme hermanos,
a buscar el dorado vellocino de Jesucristo.
Quiero ser como aquel.
Piel dorada dentro de una oscura sepultura,
brillante cuerpo difunto,
como una luciérnaga en celo,
capaz de encender el amor eterno.
Más amada y santa,
que las pieles de Venus,
es la que gasta,
nuestro señor Jesucristo,
convertido ya en vellocino.

Coro celestial, ángeles con trompetas y otros con mazas golpeando campanas, sus voces aladas saliendo de las nubes como el viento salvaje recorre toda España vestida de semana Santa, desde Sevilla a Santander, desde Valencia a Finisterre

Antorchas, hachas, mazos, azufre, látigos, cuerdas y cadenas,
ascuas para los pies, corona de espinas para la cabeza, gasas para los ojos, mordazas para la lengua,
clavos y remaches para las manos, calderos hirviendo con plomo sobre los lomos, pieles de cerdo para judíos y moros, vayamos orando alegres hermanos de bien a adorar el cuero clavado de nuestro señor Jesucristo convertido en Pasión.

Ángel Bueno Mártir removiendo la caldera en ebullición. Una paloma se acerca a la ventana como símbolo de la anunciación.
Voz de Ángel bueno y mártir que tira sal al puchero.

Cuero sagrado protector,
en tu piel se encuentra escrito,
el verdadero testamento mi Señor.
No quiero ningún anillo de poder,
más ansío llevar sobre mis hombros tu piel,
Pues así está escrito,
que nada con ella he de temer.

El último que supo de tu poder,
fue aquel mesías alemán,
que consiguió con un trozo de tu uña,
más pequeña que un grano de amaranto,
colocada una noche de equinoccio sobre su bigote.
Conquistar al amanecer al pueblo alemán,
Luego
Polonia, Francia, Bélgica, Austria, Holanda, Dinamarca….

Y si lo Rusos y los Ingleses fueran gente creyente,
también hubieran sucumbido a su gran poder.
Yo quiero ser mi señor,
como ese gran señor Alemán.
Para traer al mundo un mensaje de un mundo mejor.

Hail, Amen.
Una gran tormenta eléctrica, se encienden y apagan las luces de los moteles y los burdeles, los coches se averían en sus puertas, en las esquinas los chulos pegan a sus putas, la policía maltrata a los detenidos dentro de los calabozos, las tripas de los que están en las esquinas se mueven como serpientes, con las manos se las agarran y luchan contra ellas, algunos mueren enroscados como Laooconte.
Coros y voces de ángeles desde las nubes lanzando rayos.
Son los hombres como ratas,
apestan y siempre andan entre la mierda ,
mezclados unos con otros.
Comer, follar y respirar,
no aspiran a más.
¿ Por qué entonces quisiste entregarles tu piel?
Antorchas, hachas, mazos, azufre, látigos, cuerdas y cadenas,
ascuas para los pies, corona de espinas para la cabeza, gasas para los ojos, mordazas para la lengua,
clavos y remaches para las manos, calderos hirviendo con plomo sobre los lomos, pieles de cerdo para judíos y moros, vayamos orando alegres hermanos de bien a adorar el cuero clavado de nuestro señor Jesucristo convertido en Pasión.

Angelillo Bueno y mártir aplacando a sus canes que desde el patio se alzan pidiendo la sopa. De las pieles no queda nada más que un vapor cálido y un agua amarillenta que llena de nostalgia y sueños a los que no tiene ambiciones. Se bautiza la boca con la vieja cuchara de latón y ante el gusto agrío del caldo se hace la voz de ángel bueno y mártir.

“ Cuando me enfunde con tu piel Señor,
cuero revelador de todos los misterios,
daré conferencias en la facultad de medicina y de económicas.
Seré nombrado primero presidente de Cáritas, y la cruz roja,
y luego de España,
Seré tan famoso que me harán Emperador de Europa como Napoleón.

El Papa se inclinará ante mi.
Y la gente por la calle querrá tocar mi piel.
Seré Aclamado gracias al poder de tu piel por la multitud.
Pero yo seré el de siempre.
mandare a la policía dispararles para protegerme.
Y aún así seguirán amándome.
Haré giras por grandes estadios,
entre gritos histéricos de la gente por verme, olerme, tocarme, escucharme.
Les tocaré la guitarra mientras les hablo, les grito, los humillo, les insulto,
y al terminar de predicar,
les tiraré la guitarra, y el micrófono a la cabeza.
Mis apóstoles entre tanto,
irán con látigos de pieles por el estadio convenciendo a la gente.
Todas las semanas serán santas
y habrá fustigaciones hasta en las guarderías,

así como en las escuelas, comedores sociales,

y las facultades.
El senado
será un centro de sado.
Sectas, logias y masones,
dedicados a predicar estas enseñanzas,
al igual que en el telediario.
Solo existirá en la tele,

el canal sado.
Incluso los picnics en el bosque o en el zoo,
acabaran a latigazos y a empujones.
Y las olimpiadas
serán de ver quién hace más flexiones en cuclillas.
O se queda colgado más tiempo de una anilla
mientras lo linchan los hermanos capuchinos a bastonazos.
O de quien sufra mejor en el potro de tortura.
He aquí  mis enseñanzas para limpiar la humanidad,
si consigo con tu piel el gran poder.
Coro de ángeles en la cocina y el patio rodeando a los canes que ladran despavoridos como todos aquellos han perdido la Fe.

Antorchas, hachas, mazos, azufre, látigos, cuerdas y cadenas,
ascuas para los pies, corona de espinas para la cabeza, gasas para los ojos, mordazas para la lengua,
clavos y remaches para las manos, calderos hirviendo con plomo sobre los lomos, pieles de cerdo para judíos y moros, vayamos orando alegres hermanos de bien a adorar el cuero clavado de nuestro señor Jesucristo convertido en Pasión.

Angelillo Uixó.