Lalonganiza

Dicha del mundo

Dichoso Dios, que con tu aliento nos das vida

y que con saña nos moldeas a tu manera.

Dichoso sea quien pueda crear vida señera

y tras mil vicios y placeres ver podrida.

 

Dichoso el pueblo atragantado en sus penurias,

de maíz, maroma y teatro arduo subsiste.

Dichoso sea quien ya no sepa que no existe.

Dichoso el docto, avinagrado de lujurias.

 

Dichoso el hombre ensimismado y embutido.

Dichoso aquel que se abandona a la rutina.

Dichoso sea quien sus anhelos subordina

A un horario acaudalado y consumido.

 

Dichoso el mundo que a la vuelta mil cayere

de las crueles saciedades liberado

y de un cáncer racional sea al fin curado.

Dichoso el orbe aquel, si acaso alguno hubiere...