GuillermoO

El pasado (editado)

 

En qué quedó esa idea transparente:

nuestros cuerpos sobre los que juramos

tantas cosas sencillas.

Una ilimitada ausencia marcó las huellas

de quien subía las escaleras,

sin tormentos,

dispuesto su corazón para amarnos.

Quedarse solo y recordar al otro día

las sombras de los pumas,

las desoladas bestias persiguiéndose,

hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,

sumergiéndose,

perdiéndose conmigo.

Arriba de los cielos, más arriba,

tu cuerpo hechizado fulguraba,

en tanto yo jugaba a la negación de mí mismo.

 

Quienes somos sino aquello que fuimos,

el pasado de iguales invasiones,

madre de todos los silencios,

caminando hacia mi,

subiendo las escaleras hasta mi cuarto dentro de mí:

el silencio contestando todas las lejanías.

 

G.C.

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