Santiago Miranda

Comentarios a las coplas del vino de parra  

Vino, mar de sangre ardiente fluye

Fuíste, bebedor y bebido

Te vas, por nuestras cuencas recorrido

No sin merítos exigidos y premios

Del resto de los vinos vivos

Independiente de nuestros minúsculos cauces encogidos

Hemos sido

Llevados por el destino de los rojos desteñidos

Catádos por enólogos del destino

Sin paladar su escrutunio;

 

¡Rebáname! la punta de los dedos

Púnzame sin lanza este delirio

Expulsaré mi vida pero no el vino

Por la sangre de Cristo consumido

 

Él fué quien trajo la semilla

El espino, el olvido

La parra sigue su propio camino

Creciendo

Nicanor te digo

!salud!

A tu nombre y por que no al mío*

Desconocido a los flacos perros roídos 

Un compañero en su camino;

 

Has tenido razón, amigo

Donde erraste el camino

 

No hay nada como el vino

Conversado por dos muertos

Leyendo copa en mano

Sus desfiguradas líneas

Sin pretexto

Pésames intoxicados eludimos

Trocando los viejos sentidos

Otrora encerrados en el exilio

De cartón, cajas de vino

No salpican por no poder

Ser abiertas, con cuchillo

Su intempestiva fuerza

De las olas más inmensas

Atrapadas en cartón de dos lucrecias

 

Me gusta tomar vino

En exceso cuando corresponda

Siempre, me gusta también, hayan en mi camino

Borrachos camaradas fermentado

La miseria en el alma (es que, mi evasiva es)

La pobreza vino pero no se ha ido

El vino en caja es más barato

Endulzado de nocivas sustancias

 

Ustedes quédense con la fría cerveza

Ustedes quédense con el vodka de invierno

El ron, el mojito, el sake (el dolor de estómago del vicio)

El pisco para ustedes enemigos; el pico también

 

*(al de ustedes también amigos míos

lo serán si toman vino

jamás de lo contrario

si profanan tal cuerpo sagrado

con una coca-cola, los maldecimos)