Heliconidas

Cuando me miras...

Cuando levantas tu mirada hacia mí…
tan sumisa, tan condescendiente, tan de niña,
decorosa como la reverencia de las olas al sol,
transparente como el brillo de la luna sobre el mar,
siento en mi corazón titilar un vértigo de estrellas
y tus ojos en mi se vuelven halos de ternura infinita.
Cuando levantas tu mirada hacia mí…
reverencial, acompañante, misteriosamente mía,
veo en ella la luz devocional
de quien busca en lo alto a Dios Padre.
Cuando tu cabecita me mira siempre desde abajo
siento que mi amor se inunda de eternidad,
como el del Creador hacia la criatura.
Una luz esmeralda invade mi alma
y mi compostura se vuelve agonía.
Me consumo de ansias por ceñirte exaltadamente
en el fuego sagrado de mi calor paternal
que es un ahogo en mi garganta… cuanto me miras.