benchy43

POEMA QUE TAL VEZ HAYA ESCRITO UNA MUJER.

 

Si hubiese sabido eso, no hubiese vuelto a mirarte.

No me hubiese internado en ese mar tan profundo

que está alojado en tus ojos.

Tampoco hubiesen llegado esos días y esas noches

de andar por tu laberinto, descalza y sin armamento,

indefensa ante tu ataque

de besos, mimos y abrazos,

como si fuese la última o la penúltima hora

de un mundo agonizante.

No hubiese vuelto a mirarte y ahora todo sería

como antes era, antes de que te cruzaras

con tus mentiras tan ciertas,

con tu varonil aroma que no se me quita nunca,

pese a lavar tantas veces los resquicios de mi piel

y de mi  alma.

Y no estaría mirando esas cartas amarillas

donde escribiste los más bonitos versos

que alguien me dedicara.

No extrañaría tu luna, ni tampoco tus estrellas,

no extrañaría tus labios recorriendo mis comarcas,

ni tu sudor, ni tus lágrimas que estuvieron estampadas

por un rato en el umbral de mi puerta y luego se borraron,

como se borra todo con el paso del tiempo,

menos tu presencia, menos tu recuerdo,

menos la maraña de la que supe escaparme.

Pero no me arrepiento, en vos tuve el paisaje,

el prado, la montaña, el lago, el mar, las playas,

las ciudades, con vos caminé calles con nostalgia vieja

de un París grisáceo,  me mojó la llovizna de un Londres

neblinoso, fui una gota de sangre en la Berlín herida

y  volví a acostumbrarme al hueco de tu almohada.

Si no me hubiese vuelto a internarme en tus ojos,

mi vida no sería vida, sino un lento pasar de días

opacos y sin brillo. Y hasta no existiría esta bella

tristeza que llevo de la mano, como lo es la esperanza

de volver a verte mientras cae la nieve.

 

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.  

 

(Fotografía de mi nieta, Guillermina Quintana Maldonado)