Norberto p.p.

Eres.

Eres alba que mana antes del sol, 
inmarcesible como el eléboro. 
Eres luz que sofoca mi vista delicada, 
mi forma reclusa a ratos perfectos.

 

Eres nimbo de los astros de Selene,
brillante en el parque de los cielos estrellados.
Eres el punto y coma de mis trivios tristes, 
ausencia abrazadora de mis tris acabados.

 

Eres melodía que transita las distancias, 
el sueño de mis noches cabales; 
el capricho más hermoso de mi alma, 
la lírica de mis crepúsculos menesteres.

 

Eres cauce de mi ventura aventurera, 
el santiamén de mis ratos callados; 
¡novia perfecta de mi vida entera!,
la lucha y el espacio de mis manos.

 

Eres rincón donde llueven los recuerdos, 
el libro de las fábulas y los cuentos. 
¡Eres, cariño, amiga de tertulias!,
el soplo soberbio de mis diarios épicos.