Jeovany Mikke

LA ESTANCIA Y EL SISEO (RELATO)

 

8 DE SEPTIEMBRE

La casa donde vivía era una casa pequeña con una entrada de auto,

Pintada de blanco, algunas ramas de arbustos y el crecido pasto

Del ante jardín coloreaban la penosa estancia.

Al entrarse, habitualmente estaba oscura, un aura gélida siempre

Me daba la bienvenida. El páramo le apodé, sin embargo

A esa tierna edad de siete años, me costaba interpretar

Lo que esta estancia nos regalaba, una fulgurante pena…

A esta temprana edad mi conclusión fue que la casa estaba

Enferma…

 

10 DE SEPTIEMBRE

– ¡Sal de aquí!, ya tienes lo que querías ¿no es así?

Acaso ya estás lo suficientemente crecido… ¡crio!

Ahora déjanos solos con tu padre, y no mires por la ventana

¡Está claro!

Enmudecí y me retiré atónito, me sentí asustado.

Me sentí triste… Apoyado de espalda en la muralla vieja

De ladrillo, caminaba despacio porque no quería que

Escucharan que me fui asustado. El sol se colocaba justo

En el alféizar de la ventanal del living dando un color carmín

En los desabridos sillones y aburridos cuadros.

 

11 DE SEPTIEMBRE

Me levante para ir a la escuela, no recuerdo si había

Ordenado mis cosas o había hecho mis deberes.

Mis padres trabajaban en ese entonces. Salte de la cama

Y parado en frente de la muralla refregué mis ojos.

Mi ropa estaba en la silla junto a la mesa del comedor y me

Dirigí a buscarlo. Dos pasos o tres, antes de llegar a la puerta,

El techo que daba justo encima de mi cama se derrumba

Escoltado de un sonido perturbador, como si algo hubiese estallado

En mi oído, sentía que mi cuerpo estaba preso e inmóvil del miedo…

 

CONSIDERACIONES FINALES

Considerando que me quedara unos minutos más acostado,

Ese techo húmedo y lleno de fierros hubiese atravesado mi cuerpo

Y no estaría aquí relatando esto. Años después nos mudamos, pero

Palpo que la humedad y la rabia que la casa embargó, sigue morando

En mi corazón…

 

Jeovany Mikke