Poeta sin alma

En la memoria

Día tras día convivo con el dolor,
se me desahucia la memoria,
me da miedo la mañana
y la noche en el momento mismo
que deje de ver el cielo.
En cada pensamiento veo 
quebrar de mis dedos
como una cuchillada
que me atraviesa las formulas
impidiéndome ver el mundo
desde donde antes lo podía ver.
Yo jamás llegaré a volar tan alto
incluso mis alas desaparecieron
con cada rayo de luz
en su punzante brillo de agonía.
Y, como a todos, se me va la alegría
que era mi herramienta 
contra el calvario
Pero todo esto no es del todo malo
comparándolo con estar sin vida,
pasado el tiempo se cerró la herida,
ahora que se ha vuelto a abrir,
la incertidumbre es memoria adolescente,
que busca la cara siniestra de la luna
al otro lado del ejemplo que es 
infierno en vida, dolor personificado 
un dolor puro.
Ya no hay lágrimas de tanto llorar
ni tormentos por tanta tortura.
Es una vieja historia
que recuerdo desde la niñez,
un pequeño cuento que trae el viento,
un cruel poema de muerte y desconsuelo;
unas piernas que no valen para andar
unas manos que no acarician,
una persona que no puede amar
o un poeta sin sangre ni poesía.