Si necesitara de piel y hueso
un alma con tantas lunas ancladas
en bahías de viento huído,
no rompería una sola ola:
salmones de plata vendrían
con tu espalda de luz mojada
a mostrarte en vida el color
de una ciudad que pulsa hundida
en mis venas y dice tu nombre.
Vendrá un tiempo a acallar las noches
de cuantos labios temblaran
por tu boca sin tu boca,
sembrando en silencio las flores
del olvido en la memoria
y un recuerdo que hoy olvida otro día
de un amor que no se olvida
y que no muere solamente
por soñar su epitafio
en una tumba distinta
a cada hora - sin ti te amo.
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