LAS OLAS
De sal acuden rellenas
sin dejarse ver apenas,
como si fueran sirenas
se hoyen sus voces,
atrevidas o serenas
llegan veloces.
En la playa hacen su entrada
las olas como si nada,
siguen todas la trazada
con devoción,
la visita es obligada,
no hay más opción.
Unas llegan a la orilla
con la cresta que les brilla,
dejando como semilla
su blanca espuma,
tras secarse en la arenilla
su voz se esfuma.
Otras llegan cual malocas
a romper sobre las rocas,
llevan dentro de sus bocas
voces que hieren,
y tras gritar como locas
todas se mueren.
Y así pues, día tras día
llegan llenas energía,
bravas o con armonía
buscan su meta,
no ha nacido todavía
quien las someta.