Santiago Miranda

El peso de la civilizaciĆ³n.

Temo que este mundo ya existió

Una solitaria gota azul en la inerte oscuridad eterna

Suspendida lluvia láctea en el espacio

Anulada por creadores de ascención o caída

No sola una vez sino miles veces una, fue destruida

Una, infinidad de veces por una infinidad de causas, desconocidas

No busquemos el monolito entre las nubes, ni la fractura entre los pies o las piernas

Probablemente muera lentamente, apagándose en su violenta vejez 

Y la altiva vida se aleje de su cuerpo como de nosotros también, llegado su momento, tras cada respiro algo nosotros expira 

Una y otra vez han habido otros Beethovens ciegos, Picassos serios, Kubricks liberados y Van Goghs cuerdos

Otras partidas jugadas por Stalin, Thatchers, Chikatilo definiendo con las cartas los destinos

Jesucristos y Budas devorados por sagrados gusanos de cuernos claros circulados 

Bukowski muerto de vino incendiando pinos que reposan sobre su cuerpo

Sangre en el pañuelo de Kakfa este frío invierno

Un ejército de anóminos expulsados del vientre de la esperanza eterna, materna,

Etérea duerme bajo nuestras cejas y pestañas, sin reposar una sola noche fluyen 

Ríos de sangre y sangre expresada en ríos

Amores mortales, los más bellos suicidios

Genocidios registrados en video, musicales sobre naturales lugares ficticios 

La indiferencia nuestra al verlas una y otra vez

Tras cada pantalla cada vez mas grandes que parecen cubrir el mundo esférico por entero

Temo que lo fundamental no es la destrucción de todo lo conocido

Sino el esfuerzo de todo lo perdido

El sufrimiento del cual ha surgido

Siempre lo ponderamos con un especial precio

Todo lo valorado lo fué pesado con sonda plomada de oro cubierta

Si todas las creaciones se realizaron en vano

Entonces estamos perdiendo nuestro tiempo

No solo el extenso tiempo perdido en el trabajo

El que damos por sentado que siempre fue por nosotros muerto

Sino también el tiempo del último refugio, el de las palabras secretas, de los abrazos doloridos

Las imágenes pintadas, los dolores insoportables escritos, las caminatas desgarradadoras, los escapes de la vida

Duele también la posibilidad de lo no conocido

La belleza que pudo haber sido y de la que se nos ha excluido

Se trata de un problema de saber

No sabemos y no sabremos que es lo que nos perdemos

No saben y no sabrán lo que pasó en este lugar del universo, multiversado desmigajado

Todo el tiempo nos perdemos, nos negamos, nos damos por muertos, al trabajo, cotidiano

Nuestra condena es la soledad y el desconocimiento

Separando nuestro mundo del gran mundo

De forma inevitable

Cortamos con hielo

De un salvaje sueño 

Corazones civilizados