makata.

Un hoy de invierno

Dejemos que la lluvia hoy nos moje hasta los huesos más ocultos;

Dejemos que el viento hoy se cuele entre nuestros pensamientos;

Dejemos que el sol hoy brille por su ausencia;

Dejemos que hoy un día gris nos haga recordar el brillo de ayer;

Dejemos que hoy la tormenta destroce corazones.

Pero, sobre todo, dejemos que hoy nadie se quede solo bajo la nube del tiempo,

que nadie llore a escondidas,

que nadie tema por eso de no ser oída.

que nadie piense en la soledad como en un hecho,

que nadie se compadezca de lo que en su pasado ha hecho.

Y es que en los días fríos del invierno camuflamos nuestras lágrimas con la lluvia,

escondemos la frialdad de nuestra alma en la nieve,

y enterramos el dolor bajo capas de hielo bien cubiertas.

Dejemos que le invierno hoy lave nuestro viejo cuerpo dormido.

Dejemos que el invierno hoy nos lleve hasta donde nuestros sueños volaron ayer.

Dejemos que el invierno hoy nos desenmascare esa máscara que tantas gritas ya tiene.

Simplemente dejemos pasar sobre nosotros la mágica de un hoy de invierno.