Myriam Estrella B

POR SOLTARME DE TU MANO (RELATO)

 Magnifico paisaje predomina

el centro de esta gran ciudad

 con múltiples faros que iluminan

las calles infestadas por personas que se van

 

 Es un poco tarde, arrecia la lluvia

que me obliga a caminar mas rápido de lo normal

al pasar por un hermoso parque iluminado por la luna

y las bombillas,  veo con mas claridad.

 

Observo un chiquillo solitario

sentado en la banqueta al lado de un rosal

su carita sucia, su alma entristecida

sus pies descalzos, no para de llorar.

 

Me acerco muy de prisa un tanto preocupada

 le pregunto ¿Niño porque tan solo estas

donde se encuentra tu madre o tu familia

te has perdido de tu casa y no has podido regresar?

 

Levantando su cabeza me observa asustado

y sin poder  palabras  pronunciar

de pronto se me acerca con los brazos levantados

y me dice ¡ por favor dame un pedazo de pan!

 

Mi corazón palpita, mi alma se entristece

tengo muchas ganas de llorar

me agacho un poco para estar frente a frente

y miro sus ojítos cargados de humedad.

 

Lo abrazo fuertemente,  siento que en su pecho

su tierno corazón  comienza a palpitar

es un momento de trémula agonía ¡ no comprendo , no entiendo!

 porque los niños siempre y en muchas partes tienen que llorar.

 

Cogí su mano y salimos de aquel frío lugar

caminamos unas cuadras mas arriba

y a comer lo llave a un restauran,sacio su hambre

pero  sus ojos bellos reflejaban un brillo de triste soledad.

 

Me pregunte ¿y ahora que hago donde lo llevo

que hacer  con este niño, donde estará su hogar?

pero la vida es bella los tiempos perfectos 

solo mano de Dios esta en esta historia que hoy  contando estoy.

 

Me sonrío... Dijo... es usted un ángel que me vino a salvar

ahora por favor déjame solo no la quiero mas molestar

¿Pero como dices esto?  ¡tengo que llevarte a algún lugar!

ya esta muy tarde y el peligro acecha, vénte conmigo  a mi humilde hogar.

 

No pude terminar lo que quería decir,

una voz interumpío  con gran pesar

pobre niño abandonado, me recuerda

que hace un año pierdí el mío en esta gran ciudad.

 

El niño la miró atentamente ¡Era su madre la pudo recordar!

se abalanzo a sus brazos impaciente diciendo:  ¡Eres tu Sofía eres mi mama!

Sofía... Pálida... su voz entrecortada con lágrimas de dicha 

le pregunto ¿Te llamas Sebastían?

 

¡Si mama! soy el niño que en la calle

sufrío pesáres  hambre frío y soledad

por soltarme de tu mano, me perdí

en las calles de esta gran ciudad.

 

Era su madre , muy hermosa 

y dueña de un elegante restauran

que cada día a la calle se asomaba

con la esperanza de encontrar a Sebastían.