boris gold

ESTO NO ES CUENTO

La noche, esa amiga entrañable, promotora de los momentos más gratos pasados bajo su amparo, la que me regaló aquellos mágicos romances junto a  tantas damiselas, las mismas que supieron tocar alguna fibra enamoradiza de las muchas que supe tener.

Sin olvidarme de esas hermosas charlas con mi gran amiga, la luna: la que supo iluminar con su sapiencia muchos de los caminos por los cuales he transitado.

Evidentemente estoy hablando en pasado, de él no me queda nada, solamente estoy haciendo uso de este presente que cada vez…se parece más a un estrecho pasadizo: CON UN FINAL INCIERTO.

Y refiriéndome a este último les puedo decir, que no es precisamente la panacea que estuve esperando todos estos años, para nada, me la pasé peleando a brazo partido contra un montón de enemigos, los más de ellos muy reales…por desgracia.

Este, mi tiempo, el que transito a los tropezones  por culpa de estar     pateando hastíos y decepciones, los unos me indican que esta realidad es la que abunda y si no me gusta…a joderse y las otras me gritan que el pasado se murió, por consiguiente es inútil que vuelva.

La única salida es hacer un curso de sobrevivencia y a decir verdad, no tengo ni ganas de probar…ni fuerzas para hacerlo.

Que perverso y ruin suele ser a veces la vida, que en su afán de empujar siempre para adelante va desdibujando todo, sin reparar que la gente mayor ya tiene bastante con el flagelo de sus dolencias cotidianas y que para colmo, no hay formas de vencerlas, con un paliativo nos consideramos dichosos.

Ni siquiera tenemos el consuelo de recurrir a esas viejas fotos coloridas de nuestra florida juventud, donde pletóricos de felicidad pareciéramos decir…ESTO VA A DURAR POR SIEMPRE.

Los años en su devenir se encargaron de pintarnos un mundo color sepia: SINÓNIMO DE OLVIDO.

Y así es la cosa, a lo sumo podemos llegar a interpretar la obra de vivir, pero tengamos bien presente que los libretos los escribe DIOS.

No se porqué en este preciso momento me viene a la memoria ese niño que junto a otros como yo, jugábamos a las escondidas y las fantasías de ayer desgraciadamente son la triste realidad de hoy,  pues  cada día vivimos más escondidos Por temor a tantas cosas.

Nunca como ahora me parece estar escuchando el grito de…

PUNTO Y COMA

EL QUE NO SE ESCONDIÓ…

SE EMBROMA.

                                                                              Boris Gold

                                                                                (simplemente…un poeta)