David Arthur

Nuestro pacto de aceptación

 

 

labios estremecidos se tocan con aprehensión

al celebrar nuestro beso vírgen,

tu dulzor escondido de la percatación ciega

se derrite en tu sonrisa de euforía divina,

cual el rocío en el sol matinal en pétalos

de fragancias tímidas

 

tu néctar en exceso mi corazón caliente,

un sentido reservado solo para aquellos

que conozcan la mágia de un peregrinaje

hasta la más profunda esencia del amor,

nuestros labios desflorados,

volvemos en silencio a besar

a no inquietar este momento sagrado

al sellar nuestro pacto de aceptación