Luis Nunez

...¡Mentira!...

Puede ser

tal vez es

 

Me han enseñado de manera sabia y maliciosa

a obedecer.

A partir de la mentira, todo con afán de someter,

han dividido mi ser.

 

A los sabios maestros de la vida, los mataron,

les fabricaron altares y templos, pero nadie

nos enseño a vivir, sino a obedecer.

 

Me enseñaron que somos los reyes y únicos

pensántes del planeta. ¡Mentira!

Somos los únicos animales que no sabemos

para que llegamos y para que existimos,

nos olvidamos hace ya edades de eso.

 

Me enseñaron que soy dueño, propietario,

amo de la tierra en que nací y que este pedazo

de tierra donde me parieron tiene un nombre

y se llama país y tengo fronteras. ¡Mentira!

Las fotos satelítales solo muestran una esfera

un tanto celeste y los restos frácmentados,

de la originaría \"Pangea\".

Me enseñaron que tanto tienes, tanto vales,

que debo competir para ganar y que estoy

obligado a eso a ganar. ¡Mentira!

Es lo que obras lo que vales y se trata

de compartir, para crecer y amar.

 

Me enseñaron a temer y a desconfiar de

todos y todas las formas, especies, fenómenos,

energías, especialmente de la muerte. ¡Mentira!

La muerte no existe, es solo otra forma de nacer.

 

Me enseñaron, a contar, a  medir, controlar y valorar

el orden. ¡Mentira!

El universo es un caos colosal, que palpita inagotable,

con ritmos felices e inconscientes, de múltiples e inimáginables formas.

La creación, la vida no es más que el coito apasionado de la energía con la nada.

 

Me enseñaron que el tiempo es médible, continúo y líneal .

Pasado, presente y futuro. ¡Mentira!

Pués la estrellas de todas mi noches

(pasadas, presentes y futuras).

Ya no existen, estallaron, se hicieron luz, enegía,

regresaron al vientre materno de la nada.

 

Yo cansado de tanta mentira, me reencarné en mi propio yo

y me hice poeta, pensador de mi mismo. Me sume a las huéstes

de los \"soñadores de las profecías de la vida, para vencer las profecías del miedo\".

Soy parte del todo y de la nada.

 

Yo soy un vagabundo del universo.

Y ésto sí, es mi única verdad.