CamilaDelSur

PARADOJA

 

Montañas de arena forman médanos descomunales. El desierto peruano me deslumbra. Estoy propensa a la dicha absoluta, él conduce un jeep que esfuma miedos y me genera libertad. Me cuenta travesías de indios cruzando el paisaje vacío. No deja de sorprenderme. Me habla de las míticas Líneas de Nazca, ya hay plan para mañana.

 

Pero yo, que suelo atentar contra mí misma, me descubro inmersa en miedos. Temo ser una coyuntura, temo ser “un tal vez”. Prendada como nunca, cuando busca mis labios los abro con efecto bumerang.

 

 - No podría enamorarme de un hombre como vos – afirmo con tono severo y gesto distante.

 

 Esa noche volvimos a dormir juntos. Pero el jeep ya era calabaza.