Gabriel

Las palabras del mar

La Muerte sigue viviendo sola y callada en la ventana de la caverna. Recuerdo cuando la tuve en mí. No cantaba. Besaba los maderos y la nieve. Leí sus párpados de roca y río. ¿Será verdadera?

Su sabor es idéntico: colonia de rosas. El magma es un nombre. Blanco vestido de la Espada es el vientre de esta niña.

 

-Cronos, yo me hago cargo de la Noche.

-No. Hoy tengo preparada otra labor para ti.

-¿La misa?

-El castillo.

-Entiendo.

 

Voy a ver al Padre. Él canta a la luz de la luna.

 

-Te devuelvo un aliento de vidrio.

-Y yo te unjo con las palabras del mar.

 

Sólo quedó la luz. El beso deshizo los restos.