Cailin Wesler

La lluvia.

Esas ganas inexplicables de danzar bajo la lluvia,
de sentir como cada gota cubre tu piel.
Sentir el frío mojado sobre tu cara.
Pisar el pasto rociado de pequeñas gotas.
Mirar al cielo y ver como las nubes grises acompañan tu alma.
Que los relámpagos te distraigan de la monotonía,
y el viento libere tus pensamientos.
Imaginarse volando, bailando, cantando,
en cada recuerdo de tu niñez.
Ver como las gotas caen una a una,
como juegan carreras interminables en las ventanas.
Sentirse vivos por un momento.
Relajarse por el sonido maravilloso que trae consigo.
Liberar las penas, danzar bajo la lluvia...